Este artículo explora brevemente cómo grupos de individuos desconectados y escasamente conectados pueden recuperar el control sobre su futuro digital, construyendo sus propias redes comunitarias y disfrutando de lo que el autor define como “autodeterminación de la red”. Sostiene que la autodeterminación de la red genera varias externalidades positivas para las comunidades afectadas, al tiempo que preserva Internet como una red de redes distribuida, interoperable y generativa.