El espectro es un recurso nacional limitado que hace posible nuestro mundo digital. Los servicios móviles de banda ancha dependen de estas ondas invisibles para funcionar, por lo que el espectro es indispensable para salvar las brechas de conectividad. También sirve de apoyo a la prestación de servicios inalámbricos en toda la economía, desde la educación a la sanidad y la industria, y permite aplicaciones como los satélites, el GPS y la Internet de los objetos. El espectro debe gestionarse eficientemente para alcanzar objetivos sociales y económicos más amplios. Por ello, es mucho lo que está en juego en las decisiones de gestión del espectro y los retos son complejos. Este informe analiza la administración eficaz de este activo esencial en el contexto de los servicios de comunicaciones inalámbricas, presenta las tendencias en la política y analiza las consideraciones futuras para la gestión. Se concluye que los regímenes de concesión de licencias bien diseñados y transparentes, incluidas las subastas, fomentan la inversión y la innovación, y que los marcos flexibles (por ejemplo, el uso compartido o el espectro sin licencia) pueden promover un uso eficiente.