El “Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales, 1989” de la OIT, adoptado en Ginebra en junio de 1989, representa un avance significativo en el derecho internacional en relación con los pueblos indígenas y tribales. Este convenio reconoce su derecho a ser diferentes y a conservar sus propias instituciones, lenguas y religiones. Aborda las injusticias históricas sufridas por estos pueblos debido a la colonización y desposesión de sus tierras, territorios y recursos. El convenio enfatiza la importancia de su participación en el desarrollo y la necesidad de proteger sus derechos y su integridad cultural. Además, promueve el respeto de sus conocimientos y prácticas tradicionales en el desarrollo sostenible. En su esencia busca la eliminación de la discriminación y la asimilación forzada, reconociendo su contribución a la diversidad cultural y la armonía ecológica del mundo.