Aborda la importancia de facilitar el acceso a Internet en áreas rurales y desatendidas, donde la infraestructura comercial de red no llega. Se enfoca en empoderar a las comunidades para crear sus propias infraestructuras tecnológicas asequibles y autónomas, promoviendo la propiedad colectiva y gestión social de estas redes. Además, subraya la necesidad de considerar Internet como un bien común y resalta el papel fundamental de las redes comunitarias en el empoderamiento de las comunidades.