En México y Guatemala, la producción de energía se ha convertido en una empresa que sacrifica a las comunidades a través de privatizaciones, despojo de recursos naturales y la imposición violenta de centrales para alimentar una creciente demanda industrial. Ante esta amenaza, comunidades urbanas y rurales han optado por tomar las riendas de su propio suministro eléctrico. Este documental nos lleva a través de los relatos de aquellos que se embarcan en la búsqueda de modelos energéticos justos, populares y sostenibles. Estas experiencias desafían el sistema al considerar la energía como un bien común y un derecho universal. Estas comunidades nos muestran el poder de la autonomía energética a través de su travesía hacia un futuro donde la energía sea un pilar de dignidad y sostenibilidad, desafiando los paradigmas establecidos y demostrando que un mundo impulsado por el pueblo es posible.